sábado, 18 de junio de 2011

Paranoia etílica


Corro, vago de un lado a otro buscando la cura a mi enfermedad. Trato cerrar los ojos, no pensar. Pero es inútil, no para nunca. Siempre corriendo de un lado a otro, sin descanso, sin sentido. Siempre buscando mis momentos de debilidad. No puedo parar, no puedo controlarlo, no puedo controlarme. Por la noche es peor. El viento parece detenerse, no hay ni una brizna de aire, el calor es insoportable. Cierro los ojos como si me fuera la vida en ello, rogando que pare, que por una noche no tenga que ver amanecer antes de poder dormir. Mi almohada, mi mayor confidente, ya no me habla, se ha cansado de soportar el peso de mi cabeza dando vueltas una y otra vez; no puedo reprochárselo, yo también estoy cansado de mi, pero no puedo parar. Soy como una gran pelota incapaz de frenar por sus propios medios. Ya no puedo confiar ni en mi mismo, lo que antes aparecía nítido y claro ante mi, se desdibuja por momentos. He dejado de saber que esta bien y que no lo esta, una y otra vez trato de buscarlo en trenes de medianoche, en la rabia, en la locura del rock, en un buen solo, en letra conmovedora, pero no está ahí. Alguien dijo, que cualquier problema que no pudiera resolverse con una guitarra o no era un problema o no tenía solución. Solo puedo esperar no ser un problema.



Quien sabe


"Think I'll lose my mind if I don't find to pacify"-Black Sabbath

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