La luz comienza a desaparecer,y el vació que deja es ocupado por la Pesadilla. Sigilosamente se desliza por mi ventana, camuflada por el rugido del viento. Las sombras invaden mi habitación, mientras mi cordura cierra por cese de negocio. Una noche más, me encuentro a mi mismo mirando al techo como si tuviera pintadas las respuestas a las preguntas que mi mente rota no deja de hacerse ¿Lo oyes? En el molino ya han empezado a trabajar, las aspas giran sin cesar, y la enorme piedra machaca los mimos granos de trigo una y otra vez y otra y otra vez. Esto es el Molino, aquí trabajamos hasta el amanecer, sin descanso, machacamos hasta el último grano de trigo, lo pulverizamos hasta que ya es imposible saber de donde ha salido ese polvo que ensucia nuestras manos. Un rayo rompe el cielo, es la
señal, ya vienen, se levantan de sus tumbas. Todos aquellos a los que ya vencí, vuelven arrastrándose para cobrarse su venganza. Durante la Pesadilla, todos mis monstruos renacen para torturarme un poco más y ya no tengo fuerzas para derrotarlos a todos otra vez. No puedo vencer yo solo, son demasiados, tan solo soy un puñado de huesos que se mantienen unidos por un extraño milagro de la química.
Por fin sale el Sol, ahora podre dormir y descansar, no se cuanto más podré aguantar, cada noche una nueva herida me adorna y sé que cuando llegue la Pesadilla de nuevo, se convertirá en un nuevo monstruo. Querida mente enferma, por favor, deja de empujarme a la paranoia, te lo agradecería mucho
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